Cierra los ojos…te acuerdas? Es Navidad. Recuerdo inborrable de infancia, polvorones y turrón, frío y castañas asadas en los bolsillos…
Entre las luces de colores aparece la sombra. Añoranza de un tiempo pasado…. La Navidad es bonita, con su ruido, su frío, su color. Música melancólica en modo villancico, tradición que no se marchita, familia, regalos, amor…Dulces días llenos de actividad y sol de invierno. Navidad, navidad, dulce navidad…
Este tiempo siempre me sorprende y me arrolla en la forma que adopta, dejándome envuelta en un halo de agobio, gasto y cierto desenfreno.Esta sociedad consumista hace su efecto y observo…me veo.Si. Ya es tiempo de prestarme atención en medio de la vorágine. Es mi responsabilidad crear una nueva Navidad, una nueva experiencia en este tiempo de adviento cargado de significado que me enseña y me enfoca a algo más grande…
El mejor regalo: la paz.
Objetivo para el nuevo año: el silencio.
Una mirada atrás repleta de agradecimiento por todo lo desplegado en cómodos meses, días, semanas…. vida se llama, tan intensa y trepidante que no podríamos digerir si no fuese a bocaditos.
Las lentejuelas no me deslumbran, ya me volví más sobria y elijo aquellos colores que me sientan bien, que traen armonía a mi vida y paz a mi corazón. El champán ya no provoca, solo es recuerdo de la fuerza que hay en mí y sus burbujas juguetonas chisporrotean en mi boca despertando mi alegría y las ganas de seguir…
Son días para sentir y vivir intensamente, para detenernos en los ojos que nos rodean y regalar nuestra mirada llena de luces coloridas como las del árbol de Navidad.
Dicen que son los niños quienes más disfrutan de este tiempo, y es que ellos estrenan cada día un corazón nuevo…
Feliz Navidad