A veces lloro cuando veo una película romántica. Me emocionan esas historias de amor entre un hombre y una mujer que, se conocen, se aman, se separan, se reencuentran y se funden en un apasionado abrazo, un cálido beso, en los labios, en la boca…mmm… la boca…
Y lloro. Cada vez lloro. Aunque conozca la historia, siempre se escapan por entre las rendijas del corazón bonitos sentimientos, de amor. Romántico amor….
Y hoy he vuelto a llorar, esta vez con la historia de un hombre enamorado, Amor incondicional y eterno, Amor más allá del amor romántico, Unidad, Uno para siempre, Amor para dejar de existir y solamente sentir, Amor que trasciende lo peor de nuestras vidas, hablo de Amor y no del de película, sino del de corazón… Inolvidable. Imborrable. Eterno.
Y me acuerdo cuando te conocí. Me acuerdo del primer abrazo. Me acuerdo que te elegí… Me acuerdo…
Nada era lo normal y todo sucedía sin remedio… Me acuerdo del calor de tus manos. Me acuerdo de la paz en tus palabras. Me acuerdo de la calma en tu mirada. Me acuerdo…
Caminando hacia la parte más desconocida del océano, mirando al frente, despacio e irremediablemente, sintiendo frío, sintiendo miedo, sintiendo…
Cómo no acordarme… Hoy, leyendo la historia más humana de la obra de un hombre sabio y racional de no fácil comprensión… Ken Wilber, su nombre no importa. Reflexión tras reflexión… Pasa su vida estudiando y ampliando cada palabra que publica para ir más allá aún… Organizador no solo de las palabras, sino también de los conceptos, los pensamientos, las ideas, hasta los sentimientos. Y entre tanta sabiduría descubro una historia de AMOR, pero en grande….muy grande….
Muere su compañera y socia de vida y en medio del dolor tiene un sueño: una gota de agua cae en medio del océano y se funde con la Totalidad. Él es esa gota y Ella el océano y él comprende que en la búsqueda de su reencuentro con Ella, porque así se lo prometieron, se halla la manera de regalarse tiempo para despertar, para reconocer, para amar.
«Cada vez que tú y que yo, o cualquiera que la conociese, actúe de manera íntegra, honrada, fuerte y compasiva, volveremos a reconocer la mente y el alma de Ella. Así que la promesa que le hice de volver a encontrarla, supone en realidad el compromiso de encontrar mi propio corazón iluminado»
Ken Wilber.
Auténtico Amor. Después del amor.