Los jirones de mi piel

Sin previo aviso me despierto, cara a cara , con una luz sombría que no me gusta reconocer.

La «causalidad» de la vida me recuerda lo que soy, que no siempre brillante ni creativa. Otra vez me recuerda lo que me falta. Otra vez sin formar parte de casi nada. Una línea recta marcada por muchos puntos con lo que hice y lo que no llegué a realizar. Otra vez aparecen los dolores de las heridas del alma, otra vez me creo que soy otra cosa que no lo que soy…

Perdí algún tren a lo largo de esta trayectoria de vida y tuve que elegir caminar a pie, y aunque fueron largas las distancias llegué a una parada en la que descansar, reponer mi aliento y recomponer mi alma. El viaje fue duro porque estaba tan ofuscada con lo largo del camino que deje en las orillas todas las flores de colores y el azul del cielo lo guardé para mañana…

Estoy aquí y después de tantas lunas aún me rasca en el alma lo que no hice y que sin duda me trajo a lo que sí hice cuando fui  consciente de lo que quería hacer. Y no anduve el camino de los demás sino mi propia ruta. Viví mis soledades para llegar a comprender que me tengo a mí misma y no necesito más. Se desgastó mi cuerpo en esfuerzo inevitable y ahora me descubro mayor, mujer, yo,  soltando todo, soltar, soltar, soltar….

Acaricio mi cuerpo y descubro cicatrices que me trajeron hasta esta mañana llena de llanto, llena de amor, honrando a los que se fueron y me acompañaron un trecho del paseo, mirando a los ojos a los que tengo cerca, tomando la mano de los que amo y amando, siempre amando, con lo que tengo y con lo que me falta. No puede ser de otra manera. No pudo ser de otra manera!

Muchos años compartidos. Y nunca  se me rompió el Amor de tanto usarlo…

Una mañana de aniversario…

Suave. Auténtico despertar.

VIVELAVIDAMARTA

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