Las palabras

Por qué no me entiendo contigo? Por qué das la vuelta a mis palabras? Por qué no puedes comprender lo que hay en mi corazón? Cuanto más intento explicártelo más se complican las letras, y más se enreda todo, y lo que quiero decir no digo y lo que digo no  siento y lo que siento no expreso… Y me invade una tristeza tan grande…. Es un desamor imposible de explicar, un  pánico incomprensible, una soledad absoluta, una caída al vacío, sin fin, sin fondo,….sin mí.

Nada de lo que explicamos en cuestión de sentimientos transmite la verdadera experiencia. Somos fuertes en razonamientos, expertos en las conceptos, en  planteamientos y metáforas, en esquemas y programas, pero todavía no hemos inventado el lenguaje del verdadero sentir elevado a las palabras. Deberíamos investigar un sistema de conexión por bluetooth con el  corazón, sin cable, sin wifi, sin palabras, sin pensamientos, una conexión directa, corazón con corazón, latido con latido, a través de la única vía gratuita y de cobertura total, el abrazo cuerpo a cuerpo, con la única energía del calor humano, no renovable porque no se gasta ni contamina, es natural y nunca se acaba.

Existe también un sistema de comunicación no verbal, no muy corporal, el lenguaje de las miradas, esa energía vibrante desde unos ojos a otros ojos haciendo transbordo en el Alma, porque el poder de la mirada es tan intenso…ay…el poder de la mirada…

Nuestras relaciones están basadas en la comunicación verbal, desde ahí nos expresamos. Y aunque nos sirve para conocernos, muchas veces no utilizamos las palabras como la herramienta que son, sino como una letal arma arrojadiza cargada de veneno que hiere en lo más profundo. Cuando traspasamos, aunque solamente sea una vez, esa línea de incoherencia entre lo que me dices y la verdadera relación establecida, la magia se rompe y quedamos dañados, casi para siempre. Eso que me dijiste se queda clavado como un dardo en la diana de mi confianza y de mi sentir amoroso hacia ti.

Muchas son las veces que desplegamos esta  absurda capacidad de estropear lo que sentimos cuando le damos forma a las palabras…

Una vida sintiendo, que lo que siento es un lío porque en eso se transforma cuando lo cuento.

Sintiendo culpa. Sintiendo miedo, sintiendo ganas de salir huyendo y esconder la cabeza en la arena o en el agua para no sacarla nunca. La palabra dicha, maldicha, permanece…

«Entonces, cuando camino hacia adentro y dejo afuera el manojo de pensamientos,
me encuentro con lo que soy, con lo que de verdad siento y me lo cuento bajito,
sin palabras,
en silencio.
Y es que solo yo me entiendo y no voy a hacer más esfuerzo en ponértelo bonito.
Y si no entiendes mi idioma ya conoces el secreto:
dame un abrazo mi amigo,
mira mis ojos hermano,
mira que solo Amor llevo puesto en los zapatos.
Y contigo así camino, no concibo otra experiencia…
Primero te escucho, luego me enfado, después te miro… 
Y te amo.»

VIVELAVIDAMARTA

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