Eso que te atrapa en forma de bola pesada y negra en el estómago se llama miedo.
Eso que te quita la sonrisa… y las ganas…
Eso que cambia tu estado de ánimo en medio segundo.
Eso que te empeñas en esconder. Porque no quieres ni mirarlo!!!
Eso que vomitarías si pudieras. De tanto asco. De tanta pena. De tanto dolor…
Es una fuga de energía.
Un agujero negro.
Una caída al vacío.
Aparece. No avisa.
Y disimulas, lo tapas, lo escondes, lo postergas, hasta lo olvidas… crees que lo olvidas.
Pero se pega a tu sombra a tu cuerpo y a tus entrañas y tu energía se fuga correteado por tus venas en forma de dolor muscular, mirada oscura, o cansancio imposible. (No puedo más, no puedo más…)
El miedo. A qué tenemos miedo? A lo que va a pasar, a lo que puede ocurrir, o no ocurrir. Miedo a perder-nos…
Es un pellizco enorme en la entraña…Control. Eso es.
El control nos proporciona seguridad. Y no controlamos nada! Pero mientras lo creemos, nos entretenemos, y suponemos que estamos al mando, tengo las riendas, yo decido, todo pasa por lo que hago o no hago.
Pues mal lo hacemos porque pasamos la vida diciendo que todo mal…!!!!!
Mal gestionamos porque poco o nada responde a nuestras expectativas!!!
Y si ocurre, al minuto siguiente ya estamos aterrorizados por lo que ocurrirá dos minutos después.
Miedo. No a morir no…. Miedo a vivir!!!!
A tener o no tener. A enfermar, a amar, a que no nos amen, a perder que no ganar, a sentir, a mirar, por si no nos gusta lo que vemos…
Agachamos la mirada para no ver… y no vemos y vamos a tientas y miedo otra vez!!!!
Un día llega ese momento de me rindo#me hundo#no puedo más#no quiero más# aquí me quedo#
La gran apoteosis del miedo es la rendición. Que de tanto miedo perdemos la fuerza…entonces… el miedo desaparece. La fuerza también. El control no existe. Aparece la Vida…
Solos
La Vida y yo. Cara a cara.
Sin miedo!