«Te amo, dijo el Principito…
Yo también te quiero, dijo la rosa…
No es lo mismo, respondió él… Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mi…
Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.
__Ya entendí, dijo la rosa.
_No lo entiendas, vívelo, agregó el Principito».
«Le amo. Apareció suavemente en el atardecer de mi vida con el propósito de abrir mis ojos a la vida y a mí misma. Vio mi luz más allá de mi arraigado personaje y me hizo entrega de su primera mirada de Amor. Nadie me había mirado nunca así! Tan dentro, tan profundo, tan de verdad…Y me envolvieron sus suaves palabras de Amor y sus formas educadas. Generoso y amable…. Creyó en mí y me tendió la mano para que yo pudiera salir del lodo, la tristeza, el sufrimiento. Y confío… Me agarro a su mano y comienzo a caminar…
Compartimos profundo Amor, Amistad, el Camino… Confidencias. Abrazos imposibles, Risas y Llanto. Es mi Maestro y Acompañante del Alma. Y mucho más… El me «vio» y fue mi guía en mi proceso de crecimiento y apertura, es muy importante en mi vida y el Amor nos mantiene profundamente unidos.
El me enseñó a descubrir mi verdadera Belleza, a valorarme, a saberme capaz. El me animó a mirarme y ver lo que soy de verdad, más allá de aquello que el resto del mundo piensa acerca de mí. Me siento segura en sus brazos y le amo con el Alma.
Estoy completa, con él y sin él. Y el Amor.
Cuando dejo de intentar entenderlo, cuando dejo de creerlo, empiezo a amar realmente… Siempre está para amar. Siempre amo. Si no está …le siento.
Del amor al Amor. «