Hasta un no sé tiene sentido.
Lo peor es el silencio. Un vale de asentimiento vacío de voluntad, vacío de deseo, vacío de la pasión que llena cada instante.
Esto no es falta de Amor, más bien es falta de consciencia. Es que no hemos parado a revisar nuestro interior para saber qué necesitamos, y entonces tiramos para adelante dejándonos llevar, permitiendo que todo suceda, casi por casualidad, casi porque sí, nunca porque no…
Quiero participar en lo que me vivo. Pasó el tiempo en el que tenía que ser buena y buscaba la aprobación de todos en todo. Ahora busco mi propia honestidad. Sin miedo y sin culpa. Para no caer en la incoherencia de mi Alma.
No te amo menos por eso, más bien te amo mejor, porque voy a poner ante ti la mejor parte de mí, la que deseo entregar, el pedazo más jugoso dispuesto voluntariamente delante tuyo. Y a eso sí digo si.
Puede que sea no…
Y también seré yo misma. En otro momento. En otro sentir. En lo que soy ahora. Arriba y abajo. Dentro y fuera. Búscame en el centro para que sienta la libertad de decir no.
Y si mi respuesta no es bastante, entonces abrázame para que yo pueda sentir tu demanda, tu necesidad, la búsqueda de mi calor, de mi Amor. Dime lo que anhelas, cuáles son tus sueños, dime… qué te puedo dar….
Porque yo estoy aquí para ti. Háblame…
Te abrazo.
Porque te amo…
Digo sí.